viernes, 31 de enero de 2014

Mala ciencia contra los gatos


Visto aquí
Pienso hablar de la guerra de los pajareros contra los gatos, del efecto negativo de los gatos "sueltos" sobre los pájaros, de las cifras que se dan sobre su incidencia en poblaciones de aves en Estados Unidos, de cómo se extrapolan por las bravas -o sea MAL- estudios de campo de Estados Unidos y Uk, fundamentalmente, a nuestros entornos periurbanos. Pero vida sólo tengo una y no me da para todo, no pretendo evitar el asunto, es que no tengo el tiempo que quisiera para preparar una buena entrada.
Ya lo he hecho antes, pero fue un post en el que me reía de como nos ven los pajareros y sin concretar ninguna cifra ni dato, cosa que pretendo hacer ahora.

El caso es que la gente que tiene un título científico tienen una manera de pensar muy original, que se podría resumir en la frase: "dímelo con un estudio". Para opinar de cualquier cosa, necesitan leerse antes un estudio; y para refutar un estudio dado, suelen acudir a otro estudio.
Por tanto, el enfrentarse a la aburridísima tarea de analizar cómo se hacen  me parece imprescindibe para poder discuutir con ellos de cualquier cosa.

Es aquí donde aplico la sabiduría de los chicos de Taringa y El rincón del Vago y planteo la cuestión copiando por las buenas un gran comentario de Louse Holton en réplica a un artículo en este blog. En el artículo se afirma que los gatos pueden ser responsables del 15% de las muertes de aves silvestres -habría que darles un premio al superpredador más eficaz de todos los tiempos de confirmarse esto, a saber: nada menos que una especie por si solita es capaz de cargarse el 15% de una Clase, las aves. Visto así, ¿no resulta más que evidente la exageración?, pues a muchos "expertos" biólogos medioambientales, no-.
El asunto no es que no crea que los gatos sueltos, libres, deambulantes, callejeros...llamenlos como quieran, no puedan ser una amenaza para los pájaros, sino que pienso que la exageración, la falta de rigor en aplicar las cifras correctamente y la histeria entre gente aficionada a los pájaros tiene dos consecuencias negativas, la primera para los gatos -de aquí- y la segunda para la gente de las protectoras, cuya actividad desconocen por completo, porque ni se molestan en enterarse qué es lo que hacen y por supuesto no distinguen entre asociaciones y gente que alimenta gatos por su cuenta.
Sería esto de poca importancia, (aquí en España los gateros y los pajareros se ven poco las caras y hay poca gente que sea aficionada a ambos a la vez), de no ser porque el poder de las asociaciones de pajareros -aka SEO- y su influencia sobre las administraciones es mucho mayor que el de las protectoras de gatos, que casi nunca reciben apoyo ni económico ni institucional a las campañas de concienzación de propietarios y esterilización de animales callejeros que quieren llevar a cabo.
Y como en España sobra gente que abandona gatos o deja deambular libremente a sus animalitos sin esterilizar en la calle, nos encontramos con el efecto paradójico de que la actitud tan obstinada como arrogante de asociaciones ornitológicas está fomentando que no se pueda esterilizar a gatos callejeros, que matan pájaros y que siga este estúpido ciclo vicioso.  Porque matar gatos no es la solución, ya que el lugar que ocupaba un gato, pronto lo ocupará otro (cosa que por supuesto que ellos también niegan, sin pruebas convicentes).
Además, es que ni siquiera tenemos una valoración realista del impacto de los gatos españoles sobre los pájaros.



Reproduzco un comentario de Louse Holton* (el mérito es de ella, y luego digo yo que estoy haciendo un post...bueno, yo he traducido que conste, hala) en el que se habla de la campaña emprendida por la American Bird Conservacy en contra de los gatos "sueltos":


For the past 15 years the American Bird Conservancy has been waging war on cats. They have been spreading deliberate myths and misinterpretations about feral cats and wildlife predation, as well as Zoonotic diseases. They use science that exaggerates the data; they then extrapolate the data from small studies across states and even countries. The Temple/ Wisconsin study was in a rural area and the figures were extrapolated across the state.  The Churcher study of 70 cats in a rural area brought about an outcry that cats were killing 100 million birds and small mammals in Britain each year.
Roger Tabor, British naturalist and biologist, says of the Churcher study: “It is not realistic to multiply the numbers of catches of these (70) rural cats by the entire cat population of Britain. Most cats are town cats with small ranges, and catch fewer items of prey than the village cats of this survey.  The mesmeric effect of big numbers seems to have stultified reason.”
Tabor goes on to say the survey found the house cat is a “significant predator” and not that it was devastating Britain’s bird population.  Although cats consumed a quarter of the town’s house sparrows each year, after each breeding season the sparrow population doubled.
The latest paper published by biologists at the Smithsonian and the U.S.D.A. is quite frankly more of the same. They are still citing the discredited researcher Nico Dauphine—convicted for trying to poison cats. After holding out for a while, eventually the Smithsonian was forced to fire her. Dauphine worked for Marra, one of the authors of this study.
This latest “study” as with all the others makes the cat out to be the sole culprit for bird and wildlife decline. Nothing is ever made of the primary cause of the decline of wildlife populations—habitat destruction—by humans.   
Peter Wolf noted: “These reports do nothing more than imply a causal link between predation by cats and declining bird species—providing nothing in the way of evidence. …even very high levels of mortality do not necessarily lead to population-level impacts. In a study published late last year, for example, conservation biologists Todd Arnold and Robert Zink found that, “although millions of North American birds are killed annually by collisions with manmade structures, this source of mortality has no discernible effect on populations.”
Researcher B.M. Fitzgerald says: “Any bird populations on the continents that could not withstand these levels of predation from cats and other predators would have disappeared long ago.(1)
In 2011 Laurie D. Goldstein noted:  
“The critical distinction between additive and compensatory predation is rarely considered in cat predation studies/estimates, yet there are several studies indicating that bird kills by cats are primarily compensatory.   
                Predation is generally understood to be an important selective force in evolution, and studies on predation of birds indicate evidence of natural selection at work.  In a large study of raptor predation on gulls, the study “unequivocally showed that age, muscle condition, and sickness were clues for differential predation by birds of prey.”24  Then there’s the research by Møller and Erritzøe (2000) that studied 18 species of passerine birds and domestic cat predators.  Their work found that disease and parasitism play a meaningful role in bird-related cat predation.  Finally, Baker et al. (2008) reported that “Across species, cat-killed birds were in significantly poorer condition than those killed following collisions; this is consistent with the notion that cat predation represents a compensatory rather than additive form of mortality.”25  In short, Pimentel et al.’s very assumption that cat predation in the United States implies a population decline in the bird population is flawed.”
(1)Fitzgerald, B.M. and Turner, D.C. 2000.  “Hunting Behaviour of domestic cats and their impact on prey populations,” in The Domestic Cat: The biology of its behaviour, D.C. Turner and P.P.G. Bateson, Editors.  Cambridge University Press: Cambridge, U.K.; New York. P. 170






  Traducido:
Durante los últimos 15 años, la American Bird Conservancy ha estado librando la guerra contra los gatos.
Han estado difundiendo mitos y malas interpretaciones deliberadas acerca de los gatos asilvestrados y la depredación de la vida silvestre, así como las enfermedades zoonóticas (que puedan transmitir). Usan ciencia que exagera los datos, y también se extrapolan los datos de los estudios pequeños a estados e incluso países. El estudio Temple / Wisconsin se realizó en una zona rural y las cifras se extrapolaron al estado. El estudio Churcher de 70 gatos en una zona rural provocó una conclusiñon muy difundida de que los gatos estaban matando a 100 millones de aves y pequeños mamíferos en el Reino Unido cada año.Roger Tabor, naturalista británico y biólogo, dice que el estudio Churcher: "No es realista por hacer extensivo  el número de capturas de estos gatos (70) rurales a toda la población de gatos de Gran Bretaña. La mayoría de los gatos son gatos del pequeñas ciudades, y capturan un número menor de presas que los gatos pueblo de esta encuesta. El efecto hipnótico de los grandes números parece tener razón hipnotizada ".Tabor continúa diciendo que la encuesta encontró el gato doméstico es un "depredador importante" y no que estaba devastando la población del Reino Unido pájaro. Aunque los gatos consumen una cuarta parte de gorriones de la ciudad cada año, después de cada temporada de cría la pòbleción de gorrión se duplicó.El último trabajo publicado por los biólogos en el Smithsonian y el USDA es francamente más de lo mismo. Todavía están citando a la investigadora desacreditada Nico Dauphine-condenado por tratar de envenenar gatos. Después de mantenerla en plantilla por un tiempo, con el tiempo el Smithsonian se vio obligado a despedirla. Dauphine trabajado Marra, uno de los autores de este estudio.Este último "estudio" al igual que con todos los demás hace que el gato fuera a ser el único culpable del descenso de de aves y vida silvestre. Nada se hace de la causa principal del declive de las poblaciones naturales, la destrucción de hábitat por los seres humanos.


Peter Wolf** señaló: "Estos informes no hacen más que implicar una relación de causalidad entre la depredación por gatos y el declive de especies de aves -sin proporcinar nada semejante a una prueba- ... Incluso a niveles muy altos de mortalidad no conducen necesariamente a los impactos a nivel de población. En un estudio publicado a finales del año pasado, por ejemplo, los biólogos conservacionistas [nota: no sé si equivaldrá a biólogos ecologistas] Todd Arnold y Robert Zink encontró que, "a pesar de que millones de aves de Norteamérica mueren cada año por colisiones con estructuras hechas por el hombre, esta fuente de mortalidad no tiene ningún efecto discernible sobre la población."El investigador B.M. Fitzgerald dice:. "Las poblaciones de aves en los continentes que no podían soportar estos niveles de depredación de los gatos y otros depredadores habrían desaparecido hace mucho tiempo (1)En 2011 Laurie D. Goldstein señaló:"La distinción fundamental entre depredación aditivo y depredación compensatoria es raramente considerada en los estudios de la depredación de gatos / estimaciones, sin embargo, hay varios estudios que indican que mata al pájaro gatos son principalmente compensatoria.

                
La depredación es generalmente entendida como una importante fuerza selectiva en la evolución, y los estudios sobre la depredación de las aves indican que la evidencia de la selección natural en el trabajo. En un amplio estudio de la depredación de rapaces en las gaviotas, el estudio "sin lugar a dudas, la edad, la condición muscular, y la enfermedad eran claves para la depredación diferencial por las aves de rapiña." Luego está la investigación por Møller y Erritzøe (2000) que estudiaron 18 especies de aves paseriformes y depredadores gato doméstico. Su trabajo encontró que la enfermedad y el parasitismo desempeñar un papel significativo en la depredación de aves relacionadas con gatos. Finalmente, Baker et al. (2008) informó que "en todas las especies, las presas de los gatos estaban en condiciones significativamente peores que los muertos por colisiones contra tendidos eléctricos, lo que es consistente con la noción de que la depredación gato representa una predación compensatoria*** en lugar de forma aditiva**** de la mortalidad." En resumen, la suposición de Pimentel et als que la depredación de gatos en Estados Unidos implica una disminución de la población en la población de aves es errónea. "(1) Fitzgerald, B.M. y Turner, DC 2000. "La caza comportamiento de los gatos domésticos y su impacto en las poblaciones de presas", en El Gato doméstico: La biología de su comportamiento, DC Turner y PPG Bateson, Editores. Cambridge University Press: Cambridge, UK; New York. P. 170.



* Louise Holton es la fundadora de Alley Cats Allies, desde donde promueve incansablemente la creación de colonias felinas controladas por el método TNR (Trap-Neuter-Release, cuya traducción literal es Capturar-Esterilizar-Soltar; a pesar de que estas tres palabras describen precisamente tres de las acciones llevadas a cabo, no indican que la esterilización se hace bajo control veterinario que conlleva un exámen del gato y unas vacunaciones antes de liberarlo).

** Peter Wolf es el creador de la web VoxFelina, y un hombre de infinita paciencia que se dedica a desmontar los datos de estos estudios antigatos con datos fácilmente contrastables y verificables. Además ofrece recursos en forma de pdf, para argumentar en favor de la gestión de colonias felinas controladas.

** Depredación compesatoria indica una forma de depredación normal y corriente, vamos lo que se entiende como cazar el número suficiente para mantenerse y a la vez ejercer una presión de selección sobre indivduos "débiles" (este concepto lo aplican tan ricamante los biólogos cuando les conveine, o sea, si una urraca mata dos o tres gatitos de una camada de gatos callejeros es depredación compesatoria; como sea el gato el que se carga dos o tres polluelos de urraca, y además el que toma nota un biólogo de estos que aborrece a los gatos, saca la conclusión de que el gato acaba con los juveniles de la urraca. No sé si se nota el doble rasero).

*** Depredación aditiva indica una presión excesiva. Por ejemplo, matando tantos miembros de una población que esa población tenga verdaderos problemas para persistir en el tiempo.


Nota: Antes de publicar esto solicité el permiso de Louise Holton, pero no me ha contestado. Dado que el empeño de Louise es la defensa de los gatos "asilvestrados" y de las colonias felinas controladas, creo que no tendrá nada en contra de que yo haya utilizado su comentario tan bien argumentado para denunciar la malicia de estos estudios.


lunes, 11 de noviembre de 2013

El falso mito del gato del farero (3/3): Cuando se perdió la oportunidad de salvar de la extinción a una especie

La historia de la extinción del Xenicus lyally en si es algo compleja, por lo que he decidido dedicar tres posts para exponerla. En el primero (El cuento, el pájaro y la isla) hablo del falso mito que tan extendido está en internet; y presento al pájaro y su hábitat, ya que es imprescindible para comprender por qué se extinguieron.

En el segundo hago (Crónica de una extinción) cuento de forma cronológica lo que sucedió; tal como está documentado por Galbreath y Brown (2004) y Medway (2004).

En este tercero (Cuando se perdió la oportunidad de salvar a una especie) entro en un análisis más detenido de los factores que componene esta historia, la pérdida de hábitat, la intervención humana y la intervención felina.



El Chochín de Stephens fue descubierto y se extinguió en la década de los 90 del siglo XIX. La colonización de Nueva Zelanda (bajo corona británica desde 1840) trajo un gran interés por el conocimiento, estudio y clasificación de su fauna; dicho estudio se realizaba fundamentalmente sobre especímenes, es decir. pieles, ejemplares conservados en alcohol, etc, para la mentalidad de la época, la caza de animales para su estudio y representación (la fotografía era cara y necesitaba tiempos largos de exposición; se realizaban ilustraciones naturalizadas a partir de animales muertos) se consideraba totalmente normal. Además había aficción a reunir colecciones de especímenes, por curiosidad o interés científico, o para su venta, ya que había coleccionistas muy dispuestos a pagar precios elevados por ejemplares curiosos. El naturalismo se entendía desde la recopilación de datos y material; el afán de reunir, clasificar, nombrar y mostrar las maravillas de las naturaleza se imponía sobre la noción, que ya existía en la época, de conservar las esepecies en su hábitat.

Ahora bien, sabían que las especies podían extinguirse; ya se conocían varios casos de extinción entre las aves neozelandesas en los años de expansión eurpea, y se sabía de la fragilidad de la fauna de las islas pequeñas.

El factor humano

El Xenicus lially estaba confinado en una isla diminuta de poco más de 2 kilómetros cuadrados. Durante el corto periodo en el que se cerró su suerte, en dicha isla habitaban 17 personas, incluídos los tres fareros y sus familias. Como se sabe, David Lyall, uno de los asistentes -no era el jefe- tenía conocimientos de ornitologia, y fue el que hizo llegar el primer especímen a Walter Rotschild, naturalista reconocido que vivía en Wellington. Pronto, el interés que suscitó la nueva especie hizo que los ejemplares que se obtenían se pagaran a un precio cada vez mayor por esta ave que nunca fue muy abundante.
Como los humanos no conseguían cazar al pajarillo por su cuenta, confiaban en las presas que aportaba el gato doméstico de una de las familias. Es obvio que el total de pájaros cazados para venderse a coleccionistas, que no excedió de 25 -se concervan 15 en museos-, no agotó la especie, y desde luego no pretendo dar a entender esto. Lo que sí que es importante es que los compradores de las pieles, que eran personas poderosas, no mostraran nunca interés en conservar un pajarillo que sabían que estaba extinguiéndose.

La gente de Stephens Island: 
Como se expuso en el post anterior, David Lyall, uno de los tres fareros de la isla, fue quien se dio cuenta de la rareza de los pajarillos que traía el gato, y después quien trató con Travers para conseguir el mayor número de especímenes posibles. Pero no fue el único que colaboró en la caza de pajarillos. El gato que traía los animales pertenecía a otra femilia, y en una de las batidas participaron varios habitantes de la isla. 


Los tres coleccionistas:
  • Walter Buller .- en las fechas de la aparición del Chochín, Walter Buller era una reconocido naturalista, experto en taxonomía y coleccionista de especímenes,  especializado en las aves de Nueva Zelanda. Su libro A history of the birds of New Zealand (1873, y versión ampliada en 1888) era una obra de referencia de las aves  neozelandesas. También era autor del Manual que consultaba Lyall para identificar las aves de Isla Stephens. Es muy importante destacar que además de el mayor experto en la avifauna neozelandesa de la época, Buller era muy consciente de su gran vulnerabilidad a la extinción. Él mismo había informado del declive del Piopio de Isla Norte (Tunagra tanagra) entre 1873 y 1888, ; describió al escasísimo Avetoro de Nueva Zelanda  (Ixobrychus novaezelandiae) que se avistó por última vez en la década de los 90; además parece muy probable que tuviera referencias del Koreke o Codorniz neozelandesa (Coturnix novaezelandiae), desaparecida a mediados de los 70, y de el Whēkau o Lechuza reidora (Sceloglaux albifacies), que había pasado de ser abundante a inicios de la colonización europea y era ya muy rara en los 80. (2)
  • Walter Rotschild : Sí, era un Rotschild, el segundo Barón de la dinastía, aunque en la época que nos importa era el joven heredero que a pesar de trabajaba sin ninguna vocación en el banco de la familia. Rotschild era un naturalista apasionado, había estudiado zoología y tenía perdilección por las aves, las mariposas y la taxonomía; como compesación a su vocación frustrada puso todo su interés en reunir una espectacular colección zoológica privada, que después pasó a ser museo privado. (3)
Con estos perfiles es fácil deducir que Buller y Rotschild, los taxónomos, quisieron reunir el máximo número posible de especímenes de esta especie desconocida. Y que el papel de conseguir los ejemplares le correspondió Lyall, como provedor y a Travers, como intermediario.
De hecho el único interés que mostraron tanto Buller como Rotschild en el Chochín de Stephens, durante toda esta época, fue el de sus estudio y en particular el de llevarse el honor de nombrar y describir una nueva especie (lo logró Rotschild, usando un truco muy poco honnorable; aunque el nombre propuesto por Buller es mucho más acertado); y ninguno de los dos demostró nunca la menor intención de salvar al pajarillo de la extinción (como ya he dicho conocían casos de extinción previa, sabían que era una especie confinada en una isla diminuta y para colmo, Travers mencionó por carta tanto a uno como a otro el riesgo de desaparición en corto plazo de los pajarillos. No cabe ninguna duda de que sabían que el animal desaparecería en poco tiempo, pero durante el periodo en que tuvieron noticias de él, su único fin fue lograr más ejemplares. 

La actuación humana, que siempre se silencia al contar los detalles de la extinción del pájaro, fue la de fomentar su caza, no actuar sobre los predadores introducidos por el hombre y no preocuparse por su extinción, salvo para echarle la culpa al gato. NO HICIERON NADA POR EVITAR LA EXTINCIÓN DEL PÁJARO.


El factor felino

Hay que distinguir entre dos tipos de actuaciones distintas. Por un lado estaba el gato que traía los pájaros a la casa del farero, que seguramente era un gato doméstico; y por otro la población de gatos ferales que se asentó en la isla al cabo de unos meses de funcionamiento del faro. 

El gato que traía los pájaros:

Lo único que se sabe sobre este gato es eso, que cazaba los pájaros y los llevaba a la vivienda de un farero.
  • No se sabe si era macho o hembra, cachorro o adulto.
  • No se sabe cómo se llamaba si es que tenía nombre, ni a quien se le ocurrió la gracieta de decir que el gato se llamaba Tibbles.
  • Es muy probable que fuera la mascota de una de las familias de los fareros, pero no la de Layall. (4). Es absurdo presumir que se tratara de un gato asilvestrado, ya que los gatos no le llevan una presa a nadie que no conozcan y mucho menos si se trata de un gato cimarrón que procura evitar el contacto con humanos por temor. O sea que se trataba de un gato doméstico que traía pájaros y al que seguramente se le recompensaba por hacerlo, para que trajera todos los posibles; no cabe pensar otra cosa ya que cuando el gato traía uno el dueño se lo daba a Lyall, quien a su vez se encargaba de hacérselo llegar a Travers para que negociara su venta al mejor precio posible.   
- ¿ Tenían más gatos los fareros? No se puede descartar, era una costumbre llevar gatos para controlar los ratones y ratas que venían con los barcos. En 1905 Walter Buller hizo una petición para que los fareros no llevaran gatos a las islas, y se los proveyera de traampas para roedores si fuera necesario. 
- ¿Cuántos pájaros trajo el gato? Que haya constancia dos, el primero que llamó la atención de Lyall, y que estudió Buller en 1894; y uno que comentó Travers que había traído vivo en febrero de 1895.
Ahora bien, lo más probable, dado que Travers sí comenta que no consiguió cazar al pájaro, que sólo lo habían visto con vida dos personas y que no tuvieron tiempo de matarlo, es que todos los ejemplares que se vendieron los trajera el gato.


Los gatos asilvestrados de la isla: 

Había gatos asilvestrados en Stephens (5); en esta época era muy normal llevar gatos para que cazaran los roedores que venían a las islas en los barcos, pero en este caso no ocurrió así ya que no había ratas en la isla (5). Lo más probable es que los habitantes trajeran al menos dos gatos. 
Por un lado está el gato que traía los pájaros del que he hablado antes, y que como ya he explicado era el gato de una de las familias de los fareros, pero no la de Lyall.
Por otro lado hay informes sobre una gata preñada que se escapó en la isla a mediados de febrero que se escapó a mediados de febrero de 1894, y que seguramente vino en un barco que atracó en Stephens entre el 17 y el 20 de febrero (5). Esta gata pudo dar origen a la población de gatos asilvestrados (5).

Para acabar de solucionar el enigma faltan dos piezas clave, cuántos gatos había en la isla y cuántos Xenicus había en la isla.


La pérdida de hábitat

El chochín perdió la mayor parte de su hábitat -desapareció de las islas principales de Nueva Zelanda- debido a la acción de la rata polinesia (Ratus exulans) que vino con los maories. Examinando la historia en su contexto amplio es lógico decir que el problema más importante vino por la exposición a una fauna para lo que no estaba preparado.
Pero si queremos restringir la desaparición del chochín a la isla de Stephens, como hacen los que cuentan el mito, habría analizar si tuvo alguna importancia la pérdida de hábitat en el periodo de su extinción.


Sé que esto es hilar muy fino, la transformación de la isla en este periodo del finales de la decada 90 del siglo XIX, las transformaciones fueron escasas, es cierto. Pero es chocante que se cuente y se acepte sin pestañear por tantos naturalistas que las bajas causadas por un solo gato fueron determinantes para acabar con la especie mientras que no se detienen a analizar cuál pudo ser la distribución del pajarillo en la isla, si era más abundante en unas zonas que en otras, si los clareados de arbustos que se hicieron influyeron en la cobertura vegetal que los protegía, etc. O sea, que están dispuestos a aceptar que un solo animal puede ser determinante para acabar con una especie entera, pero no que una pérdida de territorio pequeña pueda perjudicarles de forma significativa.
 Entre 1892 y 1898 se realizaron las siguientes transformaciones:
- Desembarcadero y camino de acceso a la zona del faro.
- Aclaramiento de la zona del faro y las construcciones.
- Construcción de un "tranvía"   manual con su rampa.
- Construcción del faro, vivienda de los trabajadores, pequeña granja para terneras y ovejas.
-  Construcción de un cercado, para lo que desbrozaron una pequeña zona.
y  Construcción de unas vallas para impedir que las terneras accedieran a los arbustos que había entre el faro y la vivienda del asistente principal del mismo. El objetivo era mantener la cubierta vegetal en esa zona, ya que el farero principal, Henaghan, se había dado cuenta de que el matorral se secaba en los margenes de los clareos (Medway, pág 207). (6)
Este último apunte me parece muy indicativo, la vegetación se secaba en los márgenes del aclarado, lo cual no es de extrañar dado que Stephens Island está sometida a fuertes vendavales que son mucho más dañinos sobre matorrales expuestos. Hay otro indicio que es muy interesante, unos de los constructores del faro, Ingram, propocionó una lista de aves que se podían ver en Stephens en el periodo 1892-3 (7), en que residió en la isla. (Es cierto que la relación de aves es de 1926, lo cual podría restarle credibilidad. Es cierto que no menciona al Xenicus lyalli sino "dos clases de chochines". Pero esta relación de Ingram se menciona en casi todas los estudios sobre la fauna de la isla, y si normalmente se le concede credibilidad, y se aceptan que unos de esos chochines era el de Chochín de Stephens, considero correcto hacer lo mismo). Esto parece indicar que el chochín de Stephens era relativamente fáicl de ver en aquella época. Después en el periodo de funcionamiento del faro, en 1895, Travers menciona que sólo dos personas lo han visto con vida...no resulta tan descabellado pensar que los aclarados de terreno si pudieron tener un impacto significativo sobre la población del Xenicus.

Entonces...¿Qué provocó la extinción del Chochín de Stephens de la isla de Stephens

Pues los tres factores juntos, la pérdida de hábitat, el predador introducido y la actuación y dejadez humana.
La pregunta que en realidad resulta interesante es la de cómo es posible que se borre la actuación humana de esta historia de extinción. ¿Qué ocasiona esta selección parcial de los hechos?.


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(1)[ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(2) Fuente : Wikipedia, Lista de animales extintos de Nueva Zelanda. Para las descripciones he empleado los correspondienes artículos de Wikipedia en inglés.
(3) Fuente: Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Rothschild,_2nd_Baron_Rothschild. Para dar una idea de la riqueza de dicha colección, cito del artículo referenciado "At its largest, Rothschild's collection included 300,000 bird skins, 200,000 birds' eggs, 2,250,000 butterflies, and 30,000 beetles, as well as thousands of specimens of mammals, reptiles, and fishes. They formed the largest zoological collection ever amassed by a private individual". Es difícil hacerse una idea de la cantidad de animales que tuvieron que matar para reunir esta colección. Como curiosidad, tuvo que vender la mayor parte de la colección al Museo Americano de Historia Natural en 1932, debido al chantaje de una mujer.
(4) Según informó Travers (en su carta a Rotschild de marzo 1895), cuando estuvo en la isla en febrero, "Mr Lyall´s boy gave me a specimen that have found alive by the owner of the cat that had caught the others", a pesar de que la carta se escribió en una época que ne la que disfrutaba mucho más con la retórica, la frase deja poca dudas de que el dueño del gato no es mr. Lyall, y que por supuesto, el gato tenía dueño.[ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(5) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(6) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 207]
(7) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 202]
  

domingo, 3 de noviembre de 2013

El falso mito del gato del farero (2/3): Crónica de una extinción

La historia de la extinción del Xenicus lyally en si es algo compleja, por lo que he decidido dedicar tres posts para exponerla. En el primero (El cuento, el pájaro y la isla) hablo del falso mito que tan extendido está en internet; y presento al pájaro y su hábitat, ya que es imprescindible para comprender por qué se extinguieron.

En el segundo hago (Crónica de una extinción) cuento de forma cronológica lo que sucedió; tal como está documentado por Galbreath y Brown (2004) y Medway (2004).

En el tercero (Cuando se perdió la oportunidad de salvar a una especie) entro en un análisis más detenido de los factores que componene esta historia, la pérdida de hábitat, la intervención humana y la intervención felina.


Como isla Stephens Island, se queda muy pequeña. Es un pedazo de tierra minúsculo, que no llega a los tres kilómetros cuadrados, situado en el Estrecho de Cook, entre las dos islas principales de Nueva Zelanda. A la vez, es un lugar mágico, hábitat de varios endemismos y nuemrosas especies muy peculiares.
Pero como isla, apenas da la talla. Esto lo señalo porque poner lo que suceda en Stephen Island como ejemplo para cualquier lugar continental, e incluso para islas más grandes, es un error de bulto, que no denota un buen trabajo de conservacionismo. Mucho más, cuando lo que se relata es más que nada fantasía.
La versión más aceptada del cuento es que Stephen Island era el hogar del único pájaro no volador del mundo, el Xenicus lially, que fue completamente borrado de la existencia por un solo gato, el gato del farero de la isla, que solía llevarle los cuerpos de estos pajarillos a su casa. Se añade además que el farero se llamaba Lyall, y el gato Tibbles. Y se colorean estos datos con tristes trazos dramáticos sobre la ferocidad del gato y la soledad y ampor por las aves del farero.
Hasta ahí el cuento, porque los estudios sobre archivos bibliográficos de Galbreath y Brown, 2004; y de Medway, 2004, ya pusieron de manifiesto que prácticamente todo lo expuesto, salvo que el Xenicus se extinguió, es falso. Aunque la historia real es también verdaramente dramática, pero no por la voracidad del gato (que no se llamaba Tibbles; aunque sí había un gato que traía pájaros a la vivienda de un farero), sino porque la codicia, afán de notoriedad, y pasividad de los naturalistas que lo conocieron, pueden en muchos momentos retratar nuestra propia época.



1879-1893. La construccción del faro

  Se elige Stehens Island para ubicar un faro y se realizan los trabajos necesarios para permitir el acceso la parte alta de la isla; se construye un atracadero, un camino de acceso, el faro, las viviendas e instalaciones para los fareros y sus familias (en total 17 personas), y una pequeña granja.
Muchos años, en 1926, después F.W. Ingram, trabajador en Stephens en 1892-3 (y dueño de una memoria prodigiosa), recordó las especies que se veían, entre las que parece que se encontraba el Chochín. También explicó que no había gatos ni roedores en la isla. 
Puede que Ingram tuviera inquietudes naturalistas como Lyall, por lo que recordaba con tanta claridad los pájaros. Ahora bien, Ingram estaba ahí para levantar el faro, es muy posible que no fuera tan difícil ver los chochines entonces, como lo fue después.


1894-1899. La carrera para obtener especímenes de Chochín

Muy poco tiempo de saberse que Stephens había un pajarillo singular, y poco abundante, se empezó a pagar precios cada vez más altos por los ejemplares que se podían obtener. Para dar una idea del tipo de sobresueldo que suponía para los habitantes de la isla, el sueldo medio de un farero de Stephens Island era de 120 libras anuales, y por cada pajarillo se llegaron a pedir, y parece que obetener 12 libras.
A pesar de intentarlo en varias ocasiones, nadie logró cazar el pajarillo por si mismo, y para obtener los preciados especímenes dependdían de la habilidad del gato de una de las familias de fareros que se los traía a su vivienda. Dado que el gato era una importante fuente de ingresos está claro que se le estimulaba a seguir con sus cacerías.
Los compradores de ejemplares eran dos importantísimos naturalistas de la época, nada menos que el mayor especialista en aves de Nueva Zelanda, Walter Buller, y el maganate Walter Rotschild.
Buller tenía intereses conservacionistas, pero en este caso hizo caso omiso de los mismos hasta que fue demasiado tarde. A pesar de que en 1905 se pronunció a favor de no llevar gatos a las islas, en 1895 procuró comprar todos los pájaros que suministraba el gato.
Rotschild, por su parte, jamás se interesó por la suerte del pájaro, y demostró ser bastante cínico con el paso de los años.



1894


 Comienza a funcionar el faro
- 29 Enero: El faro comienza a funcionar. Hay tres fareros, Henanghan es el jefe y Lyall, que es uno de los protagonistas de la historia, uno de los fareros asistentes. 
Sobre Lyall se sabe que era aficionado a la naturaleza y que no era dueño del gato que traía los pájaros, ya que el animal pertenecía a la familia de otro farero.
Además de personas y gato, viven en la isla un pequeño grupo de terneras y ovejas para abastecer a los humanos.

Se escapa una gata preñada, y da origen a una pequeña población de gatos asilvestrados en la isla

- Mediados de Febrero: Fecha probable para el comienzo de una población de gatos asilvestrados en Stephens; entre el 17 y el 20 de febrero se escapó una gata preñada en la isla.
Es muy improbable que el gato del cuento sea descendiente de esta gata, ya que sus cachorros tuvieron que temer bastante al hombre, y lleva su tiempo adaptar un gato silvestre a tener confianza en alguien. Todo indica que una familia de fareros tenía su propio gato, que no era uno de los gatos asilvestrados de la isla.


 El gato de la familia de fareros empieza a traer chochines. Dos naturalistas comparan las pieles de estos pájaros. Los chochines se venden cada vez más caros. La carrera por nombrar a una nueva especie




Walter Buller, el mayor experto en aves neozelandesas de la época
- Junio ?- Julio: En algún momento el gato de la historia empieza a traer los chochines que caza a su casa. Lyall se fija en ellos Xenicus y prepara una piel que da a Bethune (maquinista del Himenoa que traía provisiones regularmente a la isla). Bethune que también era naturalista aficionado y reunió su propia colección de especímenes, le hizo llegar la piel a Walter Buller, el mayor experto de aves neozelandesas. Buller, que recibe la piel antes del 25 de julio.
Buller se da cuenta inmediatamente de que es una especie nueva pero no informa a nadie sobre ello, ya que quiere publicar este descubrimiento en el Ibis (revista de la asociación de Ornitólogos Británicos). Envía la piel a Londres, con el permiso de Bethune que es el propietario, para que un magnífico ilustrador, John Gerrard Keulemans, realice  litografía que acompañe a la descripción.
Este primer ejemplar es un macho.Buller llamó al pajarillo Xenicus insularis.


 
- Julio - Octubre: Lyall no sabe que es una especie nueva, pero sí que se trata de un animal de sumo interés. Reúne especímenes durante este periodo, e informa a Buller sobre ello; pero no le suministra más, ya que vende los 9 que llega a tener a Henry Travers, que será el gran intermediario de esta historia. Además de abogado, era cazador, taxidermista, recolector de piezas para colecciones de historia natural y tratante de especímenes.

Travers, claramente se da cuenta de que es una especie nueva, ya que solicitará que en el nombre que se le ponga se haga referencia a Lyall y a él mismo. (ver nota del 9 de octubre).
Petroica Traversi, de la colección del Museo de Nueva Zelanda,
 (Hay dos pájaros que llevaron el nombre de Travers, el Xenicus y el Petroica Traversi. El ejemplar de la foto también lo consiguió Travers)

- 9 de Octubre: Fecha de la carta en la que Travers le ofrece las pieles a Walter Rotschild, magnate y zoólogo, que puede pagar por ellas más que Buller. Travers que sabe de la ambición de los ornitólogos por describir nuevas especies, le indica que es mejor que compre las nueve pieles en una sola vez para "que las pueda situar ante que ninguno de sus colegas científicos, para evitar cualquier oprtunidad de que se describa aquí"; "en el caso de que acepte mi oferta estaré contento de que" haga mención al farero como descubridor y a él (Travers), como suministrador. Además señala que "los chochines de roca son muy difíciles de coger, y en poco tiempo no quedará ninguno".
Es cierto que la alusión a la rareza de los chochines es una forma de presión para conseguir que compre las nueve pieles a muy buen precio. Pero además le estaba contando la verdad; Travers conocía la isla y tenía las referencias de Lyall, aparte de conocimientos de naturalista formado en el campo. Por todo ello, podía hacerse una idea muy clara del peligro que corría el pajarillo; algo que usó únicamente como estrategia comercial, no para su preservación.
Walter Rotschild, 2º Barón de Rotshild
- 11/12 de Octubre: Edward Lukins realiza una lista de pájaros de la isla basada en las referencias de Lyall. En esta lista menciona al Chochín de roca, lo que puede ser una alusión al Chochín de Stephens; lo cual parece indicar que Lyall los confundía, al menos hasta la fecha. En la carta de Travers a Rotschild del 9 de Octubre, también se le denomina Chochín de roca, pero no queda ninguna duda de que Travers sabía que era una especie nueva (ver nota del 9 de Octubre).
La lista de Lukins se limita a los animales salvajes, y no anota nada sobre las ovejas de los fareros ni gatos.

- 19 de Diciembre: Rothschild (que sabe que Buller publicará en el Ibis en Abrilde 1895, la descripción del pajaro; y lo sabe porque Buller se lo cuenta por carta, ingenuamente) prepara rápidamente su propia descripción del pájaro, al que llama Traversia lyalli (cumpliendo con lo que le había solicitado Travers en su carta del 9 de Octubre), y usa una estratagema muy rastrera para pasar por delante de Buller. Hace que Ernst Hartert lea esta descripción en el British Ornithologists' Club, y que enseñe uno de sus ejemplares disecados como muestra. El presidente del club, y editor del Ibis, expone que el estudio de Buller es anterior y lo único que le falta es imprimirse, pero Hartert objeta que no puede retirar la descripción de Rotschild sinconsenso.
(Francamente me pregunto si Hartert recibió algo por apoyar a Rotschild, que se salió con la suya; y mediante artes poco honorables tuvo el honor de quedar como descubridor para la ciencia del Chochín. La vida es irónica, lo que seguramente corroborarían el chochín y el gato si pudieran.)
- 29 de Diciembre:    Aparece la descripción de Rothschild en el  Bulletin of the British Ornithologists' Club. Es el ganador de la carrera, aunque Buller no sabe aún que lo han burlado.
1895
24 de Enero: Travers ofrece a Rothschild un especímen conservado en alcohol por £5. Aunque no hay constancia, parece que Rotschild acepta, aunque nunca recibe el pájaro. 

Febrero de 1895: Según el relato de Medway,  Buller aseguró en 1905 que Lyall le había escrito una carta a comienzos de 1895 en la que le informaba de que  "...the cats have become wild and are making sad havoc among all the birds." No se conserva la cata, por lo que no se puede corroborar.
Este sería el primer aviso sobre la existencia de gatos asilvestrados en la isla.
4–9 Febrero: Travers recorre la isla para cazar al pájaro sin éxito. Según se expone en el estudio de Medway, le acompañan en las batidas tres ayudantes y algunos de los residentes de la isla.


7 de Marzo: Travers sescribe a Rothschild la carta más interesante de toda la correspondencia vinculada al Chochín.
- Le informa que no ha podido cazar ninguno.
- Le dice que sólo lo han visto vivo 2 veces hasta la fecha. (Travers se limita a la información aportada por los habitantes actuales de la isla, no sabe nada de lo que vieron los constructores. Según parece, ver nota sobre la lista de Ingram -1892-3-, el constructor del faro que lo vio sin buscarlo. Cabe preguntarse si el Chochín era fácil de ver cuando las construcciones no estaban terminadas, y dejó de serlo cuando las habitaban las 17 personas vinculados al faro, con su ganado, y su gato).
- Ofrece un pájaro más conservado en alcohol, que le trajo el hijo de Lyall. El pájaro "se lo encontró vivo el dueño del gato que cogió los otros", y Lyall lo preservó en alcohol. Esto no deja lugar a dudas de que el gato era doméstico y que el dueño no era Lyall.
Añade que el pájaro no vuela, pero corre muy rápido por lo que en las dos ocasiones que se le vió no dio tiempo a matarlo con un palo ó de una pedrada. (Por si a alguien le quedaba la duda de si tenían intención de conservar al pájaro. Desde luego que sí, pero muerto y disecado).
Buller, por su parte, anotó que el pajarillo era seminocturno en sus costumbres.

16 de Marzo: Christchurch es una de las ciudades más importantes de isla sur de Nueva ZelandaThe. El editorial del diario de  Christchurch habla de la desaparición del Chochín:


The history of the Stephens Island wren, so far as human contact is concerned, begins and ends with the exploits of a domestic cat, so the ornithologist W.R.B.Oliver relates. - See more at: http://www.nzbirds.com/birds/stephenswren.html#sthash.cp7uRdiM.dpuf


¿cómo les llegaría esta información?.

Abril: La descripción de Buller de insularis Xenicus aparece en el Ibis. El nombre es inmediatamente reducido a un junior synonym. En el mismo número, sereimprime la dscripción de Rotschild con algunos comentarios adicionales sobre su aparente incapacidad para volar. 
Buller por fin descubre el engaño de Rotschild, y no le perdona nunca. Para obtener más información y citas, ver Fuller (2000).

Agosto: En un artículo para la Wellington Philosophical Society, (Wellington es la capital de Nueva Zelanda) Buller expone que no permitirse el comercio con especímenes de aves raras, sólo su recopilación para museos.
Sin embargo Buller mismo no se privó de buscar más especímenes, y en el mismo mes de agosto anota que ha examinado un ejemplar hembra de chochín -el que le había prestado Bethune era macho-, posteriormente compró este ejemplar. Para justificar esta contradicción posteriormente explicó que había "asecured" este nuevo especímen.

28 de noviembre: Travers informa Hartert que Lyall que no fue capaz de encontrar más ejemplares durante el invierno, y cree que el ave que se había extinguido.  Posiblemente sea una vez mas la estrategia de presionar con la desaparición de muestras para pedir más precio.
Ofrece dos ejemplares más en alcohol para su venta por el precio de 50 libras por cabeza ( para comparar, el salario promedio farero en 1895 fue de £ 140 al año).

Diciembre: Travers intenta una nueva búsqueda para el pájaro, de nuevo sin éxito.
1896
Junio: Se asigna a Lyall a otro faro, y deja la isla de Stephens. A partir de aquí no se sabe más de Lyall.
31 Diciembre Hugo H. Schauinsland otro cazador-vendedor de especímenes realiza batidas por la isla, pero no encuentra Chochines. 


 ¿Hasta que fecha aparecieron ejemplares de Chochín?

Travers solía presionar a sus compradores con la inminente extinción del Chochín, pero seguramente el declive del pájaro fue más lento de lo que se suele relatar.
Se conocen tres ejemplares que fueron posesión de Buller, etiquetados por el mismo, con fechas de 1894 y 1899. Es cierto que Buller no solía ser muy exacto con la datación de sus muestras, pero se sabe que uno de los ejemplares pasó por sus manos antes de septiembre de 1898, si el otro es la hembra que compró en 1895, queda el tercero que debió de obtener después del segundo (el de 1898).

Esto no es más que un indicio, los archivos de Travers tampoco son más esclarecedores, y las contradicciones entre Buller y Travers abundan. Pero hace que no se pueda descartar que se encontraran ejemplares de Xenicus después de 1895, cuando Travers dijo que no había más.


1897-1925. Exterminio de los gatos de la isla
31 de Julio: El jefe de los fareros solicita rifles y munición al departamento de marina para terminar con los gatos ferales.
 Comienza la caza de gatos.
En 1901 se aprueba una gratificación de 1 chelín por cada gato muerto. En pocos años sube a 5 chelines.
El último registro de gatos es de 1925. 


1897-1925. Walter y Rotschild sacan conclusiones, cada uno a su manera

Buller publica su Suplemento, en el que se mantiene el uso de su nombre,  Xenicus insularis. Además recomienda:

         "Y ciertamente creo que sería así si el Departamento de la Marina, en el envío de faro guardianes de islas aisladas donde las muestras interesantes de aves nativas se sabe o se cree que existe, iban a ver que no se les permite tomar cualquier gato con ellos , incluso si tienen trampas de ratón que se deben suministrar a costa del estado. "


Lástima que en 1895 no siguiera este mismo impulso conservacionista.



1907

     Rothschild publica su libro Aves extintas. Demuestra que con los años ha ganado en cinismo y mordacidad y en un ejemplo de lavarse las manos eficazmente, carga sobre el gato del farero la extinción del Xenicus, y hace mofa de la condición social de Walter Buller, que había muerto el año anterior.

Así podría terminar el cuento: Y Colorín Colorado, el magnate cínico le echó la culpa al gato.

lunes, 30 de septiembre de 2013

El falso mito del gato del farero (1/3): El Cuento. el Gato, el pájaro y la Isla

La historia del gato que extinguió al Chochín de la Isla de Stephens (Nueva Zelanda) se presenta muy a menudo como un caso "típico" de los estragos que pueden causar los gatos asilvestrados entre los pájaros. Sin embargo la historia es falsa, se trata de un mito en el que omiten los factores fundamentales que intervinieron en la desaparición del pájaro. Los estudios de Galbreath y Brown (2004), y Medway (2004) dan una crónica muy detallada de los acontecimientos que provocaron esta extinción: pérdida de hábitat, la avidez por obtener ejemplares de unos naturalista que no hicieron nada por conservar al pajarillo y la existencia de una población de gatos asilvestrados en la isla.

La historia en si es algo compleja, por lo que he decidido dedicar tres posts para exponerla. En el primero (El cuento, el pájaro y la isla) hablo del falso mito que tan extendido está en internet; y presento al pájaro y su hábitat, ya que es imprescindible para comprender por qué se extinguieron.

En el segundo hago (Crónica de una extinción) cuento de forma cronológica lo que sucedió; tal como está documentado por Galbreath y Brown (2004) y Medway (2004).

En el tercero (Cuando se perdió la oportunidad de salvar a una especie) entro en un análisis más detenido de los factores que componene esta historia, la pérdida de hábitat, la intervención humana y la intervención felina.


El cuento



El faro de la Isla de Stephens


¿Todavía no conoceis el mito del gato del farero? . Lo primero que habeis de saber es que es falso; porque está muy extendido y porque se trata de un cuento muy fácil de recordar. Vuelvo a decirlo, lo más relevante del mito del gato del farero es que no es verdad, porque es un cuento que cuentan con tal derroche de dramatismo que se te queda en la memoria.

El mito del gato del farero habla sobre un único gato (el gato del farero de una isla) que extinguió a una especie entera de pájaros (El Chochín de Stephens, Xenicus lyalli) en menos de un año.

 Dicho así parece ridículo, ¿verdad?. Pero, ¿cuántos pájaros tuvo que matar el garo?. Probemos a meterle unos efectos narrativos:

Esto es de la wikipedia (en la wiki en inglés aclaran que esta historia no es cierta, pero en la española todavía no se han tomado esa molestia):
"Desde entonces no se encontraron más ejemplares, por lo que este pájaro constituye un caso único en la historia de especie que se extingue casi al mismo tiempo de ser descubierta para la ciencia.
No se sabe nada de las costumbres ni de la reproducción de esta especie, aparte del hecho de que era incapaz de volar o al menos era reticente a hacerlo, lo que explica la facilidad del gato del farero a la hora de exterminarla".
El gato ya empieza a parecer un ser terrible.
Pero si además se aportan datos geográficos y cronológicos a esta historia, como hacen en avibirds:

"...Although so tiny in size the Stephens Wren was an altogether remarkable creature. It may have had the smallest natural range of any known bird. It may have been the only flightless passerine. It may have been the only creature discovered and then exterminated by a single animal - a lighthouse keeper's cat. During 1894 this single domesticated predator brought to its owner a series of tiny corpses. These grisly little events occurred on the small island of Stephens lying in the Cook Straits, the channel that separates New Zealand's North Island from the South. The lighthouse keeper in question - a Mr Lyall, after whom the species is scientifically named - was something of an amateur ornithologist. He preserved the specimens and, realizing that the birds might be rather unusual, passed them on to a dealer. Soon the majority of them were shipped to Europe where most were bought by Walter Rothschild, the celebrated natural-history collector, who was then busy assembling his wonderful museum at Tring in Hertfordshire, England. Thus, Xenicus lyalli became known to science. By the time its existence was broadcast to the world, via the ornithological journal Ibis, the species was already extinct. The cat had stopped bringing in dead specimens and the birds were never seen again."
Es todavía más impactante, ¡oh, qué tragedia!, cuando se dieron cuenta de que era una especie nueva, el gato ya la había extinguido.


¿Se puede pedir una historia más triste?. Se puede, pero ante todo lo que se debe pedir es la verdad.

Vaya por  delante que lamento la extinción del Chochín de Stephens (Isla de Stephens, Nueva Zelanda), pero cuando se narra la desaparición de una especie, lo científico, y lo honesto es contar los hechos tal como sucedieron, o al menos lo que se pueda cotejar con los datos disponibles y no repetir un mito que ya se ha demostrado que es falso por muy atractivo o aleccionador que pueda parecer.
Los mitos falsos son recursos muy cómodos como lugares comunes pero no son ciencia en modo alguno, ya que hacer ciencia se trata de buscar la verdad, sobre todo cuando hay que extraer lecciones que ayuden a prevenir lo ocurrido.


Lo que se sabe hoy en día
  • Muy probablemente el chochín de Stephens era una especie que una vez habitó en toda Nueva Zelanda, y que se extinguió probablemente a causa de la rata polinesia o kiore (Ratus exulans) introducida por los maoríes . El Chochín solo sobrevivió en Stephens Island, donde nunca llegó la rata. Por tanto el proceso de extinción del Chochín de Stephens comenzó cientos de años antes de la colonización europea, y los hechos acaecidos en la isla supusieron el golpe final al Xenicus.No obstante, el mito del gato del farero sólo habla de lo último, por lo que no tiene ningún valor científico por no aportar referencias temporales y geográficas veraces, y por falsear la causalidad.
  • El Chochín de Stephens se extinguió de la isla de Stephens principalmente debido a la predación de una población de gatos asilvestrados bajo la total indiferencia de unos naturalistas que sabían que estaba desapareciendo y que la única preocupación que demostraron fue la de conseguir el mayor número de especímenes posibles para disecarlos. 
  • Destaca sobre todo el papel de Walter Rotschild, el segundo barón de Rotschild. Fue el que reunió más ejemplares de chochín, el que lo describió para la ciencia y el que posteriormente escribió un libro en el que atribuye, muy cínicamente, la extinción del pájaro al gato del farero.


El pájaro


Como el Dodo, el chochín de Stepens (Xenicus lyalli) es un caso de un ave muy especial que se conoce más por extinguirse que por sus propias características, que eran muy peculiares.



[órden] PASSERIFORMES | [familia] ACANTHISITTIDAE | [especie] Xenicus lyalli | 
Descrito por Rothschild, 1894 - Buller, 1895

Si no os interesan demasiado los pájaros, lo más normal es que os resulte chocante el nombre de Chochín; bueno es el momento para reirse (...anda que el nombre...), pensar en dos o tres chistes (... ... además hay otro que se llama polla de agua, para acabar de redondear los chistes), y seguir.
Los chochines de Nueva Zelanda no tienen nada que ver con los que tenemos por aquí, pero se les llama así por el parecido en tamaño y plumaje. En inglés se usa un truco parecido, se les llama New Zealands wrens, "reyezuelos" de Nueva Zelanda, y tan contentos. 
   
- Una especie fascinante, un pájaro no volador. Apenas se conocen tres casos más.



Un animal pájaro de aspecto poco llamativo 
Se trataba de un pequeño pájaro de color pardo oliváceo, de unos 10 cm de largo, con alas muy cortas y redondeadas, sin apenas cola, y un pico algo largo y fuerte.
Que no volaba -o volaba muy poco El análisis de los esqueletos indica que muy probalemente (todavía persisten dudas sobre si era capaz de vuelos cortos y débiles) habían perdido por completo la capacidad de vuelo lo cual da una idea de su rareza, ya que sólo se citan tres  especies más de pájaros no voladores, algunos autores creen que cuatro -lo explico en el párrafo siguiente-, todas extintas (dos de Nueva Zelanda: thick–thighed wren Pachyplichas yaldwyni, y el long–billed wrens Dendroscansor decurvirostris, extinguidas aparentemente por la rata polinesia; y una de las islas Canarias, Emberiza alcoveri. De las cuatro citadas, el Chochín de Stephens es el único que pudo ver el hombre occidental). (Se puede obtener iInformación sobre los pájaros no voladores en  nzbirds.com/birds/stephenswren.html#sthash.cp7uRdiM.dpuf , y
http://en.wikipedia.org/wiki/New_Zealand_wren ).

Hábitat, alimentación, costumbres
Dice mucho sobre qué les importaba de este pajarillo a los naturalistas de la época, que sólo se informara aquellos hábitos del animal que facilitaban su captura. Así se sabe que era más fácil cazarlo en invierno, especialmente en las primeras horas de la noche, que no se le veía volar, pero se movía muy rápido, de forma que no daba tiempo a alcanzarle de una pedrada o un palazo.

Se supone que era insectívoro, se ocultaba entre los matorrales, probablemente criaba en los mismos o en pequeñas madrigueras -no en los árboles-, y como otros chochines neozelandeses, con pocos pollos por puesta y además un periodo de cría bastante largo.

Fue la tercera especie de las seis conocidas de Chochines de Nueva Zelanda (en inglés wrens) en desaparecer. Una cuarta especie, el Bush wren despareció de su último refugio, Steward Island bastante tiempo después. Las dos especies que permanecen se caracterizan por ser malos voladores. Algunos autores consideran que las cuatro especies desaparecidas eran todas no voladoras.
(Para saber más sobre los Chochines de Nueva Zelanda:  http://en.wikipedia.org/wiki/New_Zealand_wren ).

                                                                                    
- Un endemismo de Nueva Zelanda, que probablemente habitaba en las dos isalas principales
Ilustraciones de Gerrard Keulemans
En esta se representa a la hembra (primer plano), junto al macho

El chochín de Stephens Island pertenecía a una familia endémica de Nueva Zelanda, los Acanthisittidae, de pequeños pájaros única de Nueva Zelanda, sin parientes próximos entre otros grupos de paseriformes. 

A pesar de su nombre, hay posibles evidencias (esqueletos recuperados en excavaciones arqueológicas) de que esta ave habitaba en las islas principales de Nueva Zelanda (Worthy and Holdaway 1994), lo que indica que una vez se extendió por todo el pais y que la isla de Stephens fue su último reducto. Su desaparición de las islas principales parece que se debió a la acción de la rata Polinesia (Ratus exulans), que llegó accidentalmente por los los maories; la rata no alcanzó la isla de Stephens por lo que el Chochín tuvo su refugio durante centenares de años, hasta la colonización de la isla. 


Sin embargo otros autores se oponen a esta teoría de que el chochín habitar las islas principales, argumentando que los esqueletos seguramente vienen de un ave similar, pero de parentesco lejano con el chochín -hasta donde he averiguado no dicen qué ave podría ser esta- ; y que resultaría imposible para un ave no voladora atravesar los dos km de mar que separan Stephens Island de la tierra más próxima, Isla Sur; ahora bien en Stephens Island también habita la rana de Hamilton, que tuvo que atravesar el mismo brazo de agua salada para llegar ahí, y es que hay muchos casos bien documentados de animales no voladores que llegan de las formas mas sorprendentes a las islas (quien quiera leer más obiecciones sobre la mayor distribución de la especie, que visite http://www.avibirds.com/html/extinct/Stephens_Wren.html#.UUHAYzeyLVk).
 
                                                                                  

La isla




Estar es la famosa isla de Stephens, en los tiempos de la extinción del chochín era mucho más agreste



Una isla diminuta bajo la influencia de fuertes vientos

Gracias a Google Earth se puede ver la isla y recorrerla en todas las direcciones. No cuesta mucho hacerlo porque es un trozo de roca minúsculo.


La Isla de Stephens, o Takaoureva en maorí, debería llamarse islote (de Stephens). Es una elevación bastante escabrosa de 2,5 km2 de superficie, situada entre las dos islas principales que componen Nueva Zelanda, apenas a 2 km del punto más boreal de la Isla D’uville. En su punto de máxima longitud apenas alcanza los dos km.
Sobre unos acantilados escarpados difíciles de atravesar, la isla ofrece el perfil de una meseta al este que asciende a una colina de 283 m en el este, su máxima elevación. Aunque hoy en día está muy deforestada, la isla estuvo cubierta por una vegetación muy densa de arbustos y árboles pequeños y retorcidos que daban testimonio de fuertes vientos; de hecho la media anual es de 26 km/hora de viento.La cumbre suele estar cubierta de nubes, aunque no es una zona muy lluviosa. En los acantilados el oleaje es muy fuerte.

Viendo lo que es la isla se puede entender la fragilidad de sus endemismos -tiene bastantes- .